Wednesday, January 24, 2007

lo frío del cálido mundo


Me aprieto y trato de reducirme a mi mínima expresión. Si fuera una función matemática, el límite de mi ser tendería a cero por la izquierda y por la derecha. Pero bueno, ahí voy yo con una ejecutiva y un micro o pequeño o emprendedor empresario (por definir), que pasa cambios con cuidado de no ofender a nadie (yo voy al lado de la ventana, asi que no me preocupo). Y todo eso para andar 5 cuadras, pero bueno, la verdad es que yo era el colado, por mi íbamos apretados. Ahí comienza la historia de una vida, las palabras fluyen y son dichas como queriendo dibujar imágenes, y yo esperando verla pintada y coloreada con crayones. Una vez en el lugar en cuestión contemplo los colores y se trata de conocer en 20 minutos los esfuerzos de años y años, lo que ha formado el sudor, el desvelo, quizás una calvicie prematura, y otras tantas cosas, que caradura hay que ser para pretender eso, pero al final, los número hablan por sí solos (dicen muchos). Comienzan las preguntas y respuestas, explicaciones van y papeles vienen. Es mi primer día, de terno y corbata por las calles de santiago (la ciudad donde nunca sabe a sal!), que creerá la gente, si supiera que sólo soy un cachorro estudiantil a punto de cumplir mi año y medio y pasar a la adultez, no me mirarían con tanto respeto, mas bien me lo faltarían con una sola mirada, pero que se le va a hacer, ahí está mi disfraz de lunes. El rubro me es conocido, ese olor a cuero, y esa cadena de procesos artesanal me evoca muchas cosas, resumidas en “Mi Tata” y su fábrica. Seguimos avanzando y conociendo, me gusta mirar a la cara, específicamente a los ojos, pero mi traje es un obstáculo para mis aspiraciones, osea, miro los rostros de esos trabajadores (casi artistas), pero hay un muro gris del otro lado, que yo no veo, pero ellos sí. Al terminar, las ganas de aplaudir el esfuerzo tienen que ser medidas, dosificadas, tratando de no ilusionar a nadie, hay dinero de por medio, y con eso no se juega. La despedida es corta, ahora viene la hora de la verdad, donde los colores se transforman en guarismos, y los dibujos en informes, los artesanos en pasivos y yo en un social-capitalista (a regañadientes).

1 comment:

Anonymous said...

"omitir de mis canciones palabras como compañero, obrero, justicia, guerrilla, paz, hambre o miedo...

Soy una convencida q no es malo "ser capitalista" siempre y cuando no olvides de donde vienes y para donde quiere ir...no olvidar nunca los conceptos básicos q son el respeto y la dignidad.

Un saludo solidario desde esta ciudad q nunca sabe a sal (Santiago)