Saturday, December 16, 2006

El pueblo le ganó la partida a la muerte

Foto: The Clinic

Y colorín colorado, este cuento aun no ha terminado. Porque con Pinochet no muere la dictadura, no muere el dolor y sufrimiento de tanta gente. No aparecen mágicamente todos los cadáveres que dejó el gobierno militar, la historia continua y la verdad debe saberse, por lo tanto las investigaciones deben seguir.

Muchos están insatisfechos porque nunca pudo ser juzgado por un tribunal, porque siempre evadió a la justicia, como un cobarde, a través de falacias, y hacen alusión a un verso de Mario Benedetti que dice “la muerte le gano la partida a la justicia”, pero si pensamos en la justicia como la que se dicta en los tribunales, por personas que se creen semi-dioses tienen razón, la verdad es que a esa justicia la muerte le ganó la partida, y el verso de Benedetti calza como anillo al dedo. Pero para mí hay otras justicias más poderosas, empezando por la que ejerce Dios, y también la que ejerce el pueblo. Porque cada chileno está conciente de lo que representa el dictador, el terror infundado, la división producida. Ese juicio es el que cuenta, la justicia la hacemos nosotros, al hablar con la verdad, transmitiendo a las generaciones venideras lo que representó esa dictadura, investigando cual ministros en visita las atrocidades cometidas. Pinochet pudo escabullirse de los tribunales, uno de los oradores de su funeral dijo que nunca pudo ser encontrado culpable, y claro, es como que un jugador cada vez que vaya a patear un penal, antes de hacerlo se haga el lesionado y pida el cambio al entrenador, y luego al final de su carrera diga “nunca fallé un penal”, y es obvio, si nunca se atrevió a patearlo. Así terminó el dictador, como un cobarde, y enjuiciado por este pueblo, que tiene memoria y no permitirá nunca más que las armas se impongan a las ideas. Porque desde hace tiempo, las ideas son a prueba de balas.

1 comment:

Lucia_del_Mar said...

Muerto el perro, no se termina la rabia...